"No al rescate a sangre y fuego"

Los familiares de miembros de la Fuerza Pública que han perdido la libertad por acciones del conflicto, exigieron al presidente Uribe abstenerse de realizar los rescates a sangre y fuego propuesto en su política de guerra.

En cambio, proponen que se realice sin más dilaciones el anhelado acuerdo humanitario para que los prisioneros de las dos partes puedan estar al lado de sus seres queridos lo más pronto posible.

La cámara de Notimundo acompañó el pasado martes 17 de febrero en la Plaza de Bolívar de Bogotá a familiares de prisioneros en poder de las Farc y escuchó las inquietudes de varios de ellos.

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Así fueron los momentos de la liberación de los miembros de la Fuerza Pública por las Farc

El pasado 1 de febrero las Farc liberaron a cuatro miembros de la Fuerza Publica colombiana que habían perdido la libertad por acciones del conflico armado que padece Colombia desde hace cinco décadas. Este trabajo periodístico es de responsabilidad única y exclusiva de Notimundo/ Camilo Raigozo y exime de ella a cualquier otro medio informativo.

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Los tres periodistas que hicieron presencia en el sitio donde el 1 de febrero fueron puestos en libertad cuatro miembros de la Fuerza Pública por parte de las Farc, han sido amenazados y sufrido seguimientos de agentes estatales o ‘paraestatales’

La Fuerza Pública ha hostigado a los comunicadores Hollman Morris, quién además ha recibido amenazas, Leonardo Acevedo y Camilo Raigozo, desde el momento en que arribaron al retén militar del cor regimiento Unión Peneya, municipio La Montañita, Caquetá, donde fueron retenidos ilegalmente por más de 6 horas, según manifestó el defensor regional del pueblo.

Las acusaciones irresponsables del ministro de la Defensa, Juan Manuel Santos, de otros miembros del gobierno y de algunos periodistas, contra Hollman Morris y los otros dos comunicadores, han conducido a poner en peligro la vida de los mismos.

En este video el periodista Camilo Raigozo logró captar imágenes del seguimiento que le hicieron dos sujetos en una motocicleta que pudieron haberlo asesinado si no hubiera sido por la colaboración del taxista y de los guardaespaldas del director de Voz, a quienes le pidió ayuda telefónicamente.

Los desconocidos siguieron al periodista desde su arribo al aeropuerto El Dorado procedente de Florencia, hasta las puertas del semanario Voz a donde se dirigió para buscar ayuda.

Lamentablemente las imágenes donde habían quedado registradas la placa de la moto y el arma que llevaba el parrillero se dañaron y no pudieron ser recuperadas.

Minutos después, de forma sospechosa, agentes del Gaula llegaron a las oficinas de Voz preguntando por personas desconocidas.

En comunicación telefónica con Morris y Acevedo, quienes marcharon juntos en el mismo vehículo, aseveraron que les había ocurrido lo mismo.

Años atrás Morris había tenido que exiliarse por la persecución del régimen. Los tres periodistas advirtieron ante la opinión pública que cualquier cosa que les ocurra a ellos o a sus familiares, será responsabilidad del Estado.

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