martes, julio 03, 2007

Se ratificó en liberación de todos los secuestrados
Insistencia en el ‘canje’ no fue escuchada: monseñor Castro
El nuevo Siglo

Aseguró que “la paz no es un elemento opcional dentro de la vidacristiana, algo así como una arandela, sino que es elemento constitutivo dela fe cristiana”Un duro cuestionamiento al país y a la misma Iglesia, hizo ayerel presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, monseñor Luis Augusto.
Castro, quien aseguró que “la muerte de los once diputados del Valle pesa enla conciencia de los colombianos”.


Durante su discurso de inauguración de la 83 Asamblea Plenaria delEpiscopado, el alto jerarca aseguró que “todos pudimos hacer mucho más paraque regresaran vivos. La insistencia en un Acuerdo Humanitario no fueescuchada. Fuimos inferiores en este esfuerzo. Permitimos que murieran sinlibertades y lejos de sus familias sufriendo enfermedades, hambre ydesprotección”.

Insistió en que “por encima de la vida no puede existir ningunaconsideración. Este dolor, no es sólo de sus familias, es de todos en elpaís. Aferrados a Colombia acompañamos a las viudas y a los huérfanos en suduelo. La nación entera debe ponerse de pie frente a la tragedia delsecuestro y exigir la libertad de todos los que están injustamente privadosde ella.

Anotó además que “la Iglesia católica reclama tolerancia, pero también llamaa la sensatez y a la unidad con el papa Benedicto XVI, quien hace poco fijósu mirada en este drama: Los llevo a todos en mi corazón y los tengopresentes en mi oración, pensando, entre otros, en el caso doloroso deColombia. Dirijo mi apremiante llamamiento a los autores de esos hechosdeplorables, a fin de que tomen conciencia del mal realizado y liberencuanto antes a todos los prisioneros, para que puedan volver a sus seresqueridos”.

Durante su discurso, monseñor Castro, al referirse al tema de los procesosde paz, dijo que “la paz no es un elemento opcional dentro de la vidacristiana, algo así como una arandela, sino que es elemento constitutivo dela fe cristiana. Ella corresponde a las inclinaciones más sagradas de todoser humano y del pueblo colombiano.

“Por esta razón, es particularmente significativo el trabajo quesilenciosamente adelantan sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos entodos los rincones del país, asumiendo día a día el acompañamiento de suscomunidades en medio de la confrontación armada.

La primera y fundamentalapuesta de la Iglesia por la paz está allí, en las personas presentes enbarrios, municipios, comunas y veredas, porque la paz cobra sentido en latransformación misma de la persona humana”, dijo.

Recordó que “en coherencia con su misión y en correspondencia con elprincipio de que una paz sostenible y duradera implica el involucramiento detodos los actores armados ilegales, la Conferencia Episcopal ha visto lanecesidad de hacer presencia en los momentos más significativos ydeterminantes del avance en los incipientes procesos que se adelantan concada uno de ellos. Me refiero a tres pasos dados en este sentido”.

Monseñor trajo a colación la colaboración de la Iglesia en su labor debúsqueda de salidas humanitarias al problema del secuestro y para ellorecordó que dieron todas las garantías en la liberación del guerrillero delas Farc, Rodrigo Granda.

Para ello indicó que “las motivaciones de la Iglesia no podían ser otras quelas estrictamente humanitarias, pero fueron, además, ocasión para poner enevidencia ante la opinión pública nacional e internacional, la vocaciónfacilitadora seria y confiable y punto de referencia fructífero frente atodo intento de sentar las bases de procesos de paz y de reconciliación”.


 
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