Seguridad democrática
Persecución contra estudiantes de la Universidad de Caldas
Aceu/ Camilo Raigozo
El pasado 15 de junio, fueron detenidos por organismos de seguridad del Estado dos dirigentes estudiantiles y un profesor de la Universidad de Caldas, a quienes acusaron de ser ideólogos del partido comunista clandestino PC3, por lo que fueron privados de la libertad.
Posteriormente, con el recurso de apelación, un juez de conocimiento tuvo que dejarlos libres sin restricción de medida alguna por cuanto consideró que, las tres personas no ofrecían peligro para la sociedad, que no existían pruebas suficientes para mantenerlos privados de la libertad y porque se les estaba violando la presunción de inocencia.
Las víctimas de la política de “seguridad democrática”, son, el profesor universitario Jaime Alberto Pineda y los estudiantes Nicolás Andrés Giraldo Valencia y Johan David Ruiz, este último dejado en libertad en la audiencia de garantías por haber sido detenido de forma ilegal.
Los tres han sido dirigentes destacados en las movilizaciones que se adelantaron durante el primer semestre del 2007, en defensa de la educación y la universidad pública, contra la criminalización de la protesta social y estudiantil, contra el Plan Nacional de Desarrollo y contra la Ley de Transferencias.
Ese mismo mes, luego de sufrir persecución, hostigamiento y presión sicológica, por parte de los organismos de seguridad del Estado, el profesor y los dos estudiantes se vieron obligados a desplazarse a Bogotá donde denunciaron los atropellos a la Procuraduría General de la Nación, la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía y organismos defensores de derechos humanos, con los que elevaron la denuncia a nivel nacional e internacional.
Luego de que retornaran a Manizales la persecución y el hostigamiento continuaron sin dar tregua, lo que alteró la cotidianidad, la tranquilidad, la estabilidad social y emocional, de Jaime, Nicolás y Johan, así como de sus familiares y compañeras. A comienzos de Octubre, Nicolás Andrés Giraldo y su compañera recibieron amenazas verbales por parte de desconocidos motorizados en el barrio donde viven.
Los desconocidos los señalaron de guerrilleros y les gritaron que abandonaran la ciudad. El día siguiente al salir de la casa encontraron un sufragio que decía: “Muerte a guerrilleros + + +”, situación que provocó el desplazamiento forzado del estudiante y su compañera quién denunció los hechos a la Fiscalía, el día 9 de octubre del presente año.
Últimas amenazas
El pasado 13 de diciembre, en horas de la tarde, llegaron tres personas a la vivienda de la familia de Nicolás Andrés Giraldo y se identificaron como miembros del ministerio del Interior, hecho que no demostraron por cuanto no presentaron documentación alguna.
El interés de la visita era conocer el paradero del estudiante, la supuesta participación de este en la estructura de un grupo armado, el supuesto conocimiento o participación que la familia tiene, y el interés, según ellos, de ayudar al estudiante con garantías jurídicas y económicas, si acude a “entregar al cabecilla del movimiento insurgente en la región”.
Una de las personas se identificó con el nombre de Alejandra y otro de los individuos dejó sobre una mesa un billete de cincuenta mil pesos, como soborno a la familia para que diera información sobre Nicolás Giraldo.
El 14 de diciembre en horas de la tarde, visitaron la casa de Jaime Pineda, dos personas que también se identificaron como miembros del ministerio del Interior y allí previamente antes que Jaime lograra hablar con ellos, le manifestaron al padre que "tenían interés en ayudarle", situación que no alcanzaron a explicar plenamente por cuanto Jaime exigió la identificación y estos no la suministraron.
Pineda llamó a la policía y solicitó que investigaran a los desconocidos, los cuales fueron conducidos a la Sijín en la Sede Central y a Jaime le prometieron que un funcionario del organismo de inteligencia del Estado, iría a explicarle lo investigado. El funcionario nunca apareció, pero en horas de la noche los dos visitantes desconocidos fueron vistos merodeando la casa de Jaime Pineda, en una camioneta blanca.
Aceu/ Camilo Raigozo
El pasado 15 de junio, fueron detenidos por organismos de seguridad del Estado dos dirigentes estudiantiles y un profesor de la Universidad de Caldas, a quienes acusaron de ser ideólogos del partido comunista clandestino PC3, por lo que fueron privados de la libertad.
Posteriormente, con el recurso de apelación, un juez de conocimiento tuvo que dejarlos libres sin restricción de medida alguna por cuanto consideró que, las tres personas no ofrecían peligro para la sociedad, que no existían pruebas suficientes para mantenerlos privados de la libertad y porque se les estaba violando la presunción de inocencia.
Las víctimas de la política de “seguridad democrática”, son, el profesor universitario Jaime Alberto Pineda y los estudiantes Nicolás Andrés Giraldo Valencia y Johan David Ruiz, este último dejado en libertad en la audiencia de garantías por haber sido detenido de forma ilegal.
Los tres han sido dirigentes destacados en las movilizaciones que se adelantaron durante el primer semestre del 2007, en defensa de la educación y la universidad pública, contra la criminalización de la protesta social y estudiantil, contra el Plan Nacional de Desarrollo y contra la Ley de Transferencias.
Ese mismo mes, luego de sufrir persecución, hostigamiento y presión sicológica, por parte de los organismos de seguridad del Estado, el profesor y los dos estudiantes se vieron obligados a desplazarse a Bogotá donde denunciaron los atropellos a la Procuraduría General de la Nación, la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía y organismos defensores de derechos humanos, con los que elevaron la denuncia a nivel nacional e internacional.
Luego de que retornaran a Manizales la persecución y el hostigamiento continuaron sin dar tregua, lo que alteró la cotidianidad, la tranquilidad, la estabilidad social y emocional, de Jaime, Nicolás y Johan, así como de sus familiares y compañeras. A comienzos de Octubre, Nicolás Andrés Giraldo y su compañera recibieron amenazas verbales por parte de desconocidos motorizados en el barrio donde viven.
Los desconocidos los señalaron de guerrilleros y les gritaron que abandonaran la ciudad. El día siguiente al salir de la casa encontraron un sufragio que decía: “Muerte a guerrilleros + + +”, situación que provocó el desplazamiento forzado del estudiante y su compañera quién denunció los hechos a la Fiscalía, el día 9 de octubre del presente año.
Últimas amenazas
El pasado 13 de diciembre, en horas de la tarde, llegaron tres personas a la vivienda de la familia de Nicolás Andrés Giraldo y se identificaron como miembros del ministerio del Interior, hecho que no demostraron por cuanto no presentaron documentación alguna.
El interés de la visita era conocer el paradero del estudiante, la supuesta participación de este en la estructura de un grupo armado, el supuesto conocimiento o participación que la familia tiene, y el interés, según ellos, de ayudar al estudiante con garantías jurídicas y económicas, si acude a “entregar al cabecilla del movimiento insurgente en la región”.
Una de las personas se identificó con el nombre de Alejandra y otro de los individuos dejó sobre una mesa un billete de cincuenta mil pesos, como soborno a la familia para que diera información sobre Nicolás Giraldo.
El 14 de diciembre en horas de la tarde, visitaron la casa de Jaime Pineda, dos personas que también se identificaron como miembros del ministerio del Interior y allí previamente antes que Jaime lograra hablar con ellos, le manifestaron al padre que "tenían interés en ayudarle", situación que no alcanzaron a explicar plenamente por cuanto Jaime exigió la identificación y estos no la suministraron.
Pineda llamó a la policía y solicitó que investigaran a los desconocidos, los cuales fueron conducidos a la Sijín en la Sede Central y a Jaime le prometieron que un funcionario del organismo de inteligencia del Estado, iría a explicarle lo investigado. El funcionario nunca apareció, pero en horas de la noche los dos visitantes desconocidos fueron vistos merodeando la casa de Jaime Pineda, en una camioneta blanca.