Un triste e incomodo invitado
Juan Cendales
El doctor "Ternura" en el proceso de "legalización" de los criminales de las motosierras. Foto El País. España
Nada más paradójico y extraño que uno sea el invitado en una fiesta en su propia casa. Y además de ello ser el invitado incomodo y fastidioso. Y que esa fiesta haya sido organizada por los vecinos, quienes por pura cortesía lo inviten a uno.
Es lo que le pasa al gobierno y a su “Alto Comisionado de paz, el flamante doctor “ternura”, Luis Carlos Restrepo, quien de inoperante e inoficioso, pasó al triste papel de invitado latoso en la gran fiesta de la vida y la esperanza que contra la voluntad y el querer de Uribe organizó Chávez en Colombia para concretar la libertad de Clara Rojas, su hijo Emmanuel y de la ex parlamentaria Consuelo González.
A esta fiesta, además de los familiares de los liberados y Piedad Córdoba, fueron invitados muy especiales delegados de Argentina, Francia, Bolivia, Ecuador, Brasil, Cuba, Suiza y de la Cruz Roja Internacional. El gobierno colombiano no tuvo más alternativa que dar un lacónico si a la propuesta de Chávez y la comunidad internacional.
Pero además, la Operación Humanitaria de rescate es una aceptación concreta de la existencia en el país de un conflicto armado, hecho que Uribe persiste en negar. Y demostración inapelable de que ante la incapacidad y la resistencia propia, la comunidad internacional puede ayudar a resolverlo.
La infinita alegría por el regreso de Clara, Consuelo y Emmanuel es un aliento para seguir luchando por el regreso de todos y de todas.
También por el regreso de la paz, secuestrada hace más de cien años.
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