A 10 años del asesinato de dos menores por la Policía
“Sí me matan haz lo posible para que mi crimen no quede en la impunidad”
Por Ccajar
Un recurso de casación interpuesto, ante la Corte Suprema de Justicia, es la última de las esperanzas, que guarda don Felix Zetuaín, padre de uno de los menores de 14 años, que fuera asesinado por agentes de la policía hace 10 años, para que su muerte no quede en la impunidad.
El caso llegó a esta instancia, luego que fuera revocado por el Tribunal Superior, a pesar de la contundencia del fallo emitido por un juzgado del circuito que declaró como responsables a los agentes de la policía James Calderon y Arlex Patiño, por el homicidio de los jóvenes Oscar Zetuaín y Cristian López, el 20 de agosto de 1997, quienes meses antes habían identificado fotográficamente a uno de estos policías como los autores de la masacre de cinco jóvenes en la localidad de San Cristóbal Norte el 26 de abril del mismo año.
El asesinato de los menores sucedió precisamente un día antes de la citación realizada por la Fiscalía General de la Nación, para que éstos realizarán reconocimiento en fila de personas, respecto de algunos agentes señalados por ellos como responsables del homicidio múltiple y de otros delitos de la zona donde habitaban en ese entonces, lo que justamente impidió que otros policiales fueran identificados y vinculados al proceso.
Cabe destacar en este punto, que los menores Oscar Zetuaín y Cristian López, a medida que avanzaba la investigación por la masacre, fueron víctimas de constantes amenazas contra ellos y sus familias, hostigamientos por parte de miembros de la policía e incluso golpizas y disparos a su residencia, que obligaron por un tiempo a que Oscar saliera de la ciudad preservando su vida.
Precisamente, días antes de su homicidio, éste le había comentado a su padre, don Felix, aspectos relacionados con la masacre, así como comentarios que había escuchado sobre la intención que tenían los policías de asesinarlo, dada su condición de testigo, y su temor a declarar por temor a que tales intimidaciones se concretarán contra él o su familia, encomendándole que en caso de ser asesinado, hiciera todo lo posible para que su crimen no quedara en la impunidad.
Ese día, 20 de agosto de 1997, el agente de policía Jair Velásquez, quien al parecer luego de cometer el asesinato ingresó a un grupo paramilitar del Magdalena Medio, haciéndose pasar como funcionario de la Fiscalía, sustrajo de su entorno a los niños, quienes horas más tarde aparecieron asesinados en la vía que conduce al municipio de Choachí en Cundinamarca.
Diez años después, el recuerdo de la petición realizada por ese hijo a su padre, cobra fuerza en los cientos de familiares de víctimas de asesinatos por parte de la fuerza pública, quienes mediante una eucaristía este 23 de agosto, alzaran su grito para reclamar no más impunidad en ausencia de la voz de Oscar.
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