lunes, agosto 27, 2007

¡Llegaron las guaguas!
Por Nuria Barbosa León. Periodista de Cuba. Especial para Notimundo

Algo diferente ocurre en la Ciudad de la Habana, por sus calles y avenidas circulan en el transporte público intermunicipal nuevos ómnibus Yutong, de nacionalidad china.

Son confortables para pasajeros y chofer, con asientos plásticos y escasos, de color blanco y azul, con lindos pasamanos, luces blancas y ventanillas de aclírico. Su tripulación va uniformada, hay limpieza y hasta buen olor en este calor sofocante bañado de sudor.

Nadie puede calcular cómo fue traída hasta esta Isla del Caribe una guagua desde China. Todos suponen que es un deber del estado garantizar el transporte público y cada cual hace uso de él sin preguntar su costo.

No se hizo recolecta pública para comprar los ómnibus, no se encareció el precio del pasaje y tampoco es manipulado por compañías particulares y/o extranjeras.

Al preguntarle a un chofer de la ruta 222 acerca del tiempo que transcurre entre una y otra guagua, me respondió --¡Once minutos!—Recordemos que hace apenas un mes esa ruta contaba con un ómnibus circulando y emanando gases contaminantes hacia la atmósfera.

Atrás queda el colapso del transporte público de la capital por la escasez de vehículos, el maltratos a ellos y las roturas demoradas por la falta de piezas de repuestos, deuda del bloqueo y del Período Especial. Ahora sentimos una gran reanimación y todos estamos felices porque así sea.

Queda un asunto pendiente: El deber de cada ciudadano de cuidar de la propiedad social, porque imponer disciplina y sancionar lo mal hecho no es labor sólo labor de la policía.

Ojalá cuando comience el curso escolar no se vean los carteles desagradables en los techos y paredes del ómnibus con esos nombres que nada tienen que ver con el buen gusto, o de amantes que no se amarán tanto como para dejarlo escrito a la vista pública, o de muchachos y muchachas que anuncian su escuela ó su barrio.

Todos deseamos una ciudad bella y confortable para vivir, el transporte urbano forma parte del entorno de la capital, seamos capaces pues, de cuidar y a su vez regañar a esos indisciplinados que cohabitan con nosotros.

Digamos ¡NO!, al cigarro dentro de la guagua, a la bulla, a la música alta, a los carteles, a los muchachos colgagos, al malestar y la indisciplina. Cedamos los asientos a las embarazadas, niños y ancianos, velemos porque la guagua siga siendo nueva aunque el tiempo se apodere de ella.



 
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