¿Quién realmente es John Dimitri Negroponte?
por Zacarías Krasuk
Uno de los más estridentes acusadores del Presidente Chávez en el ámbito de los derechos humanos es John Dimitri Negroponte. A primer vistazo, este diplomático parece ser otro portavoz oficial del Imperio estadounidense común y corriente, pero al investigar un poco los antecedentes de este individuo uno comprende rápidamente que Negroponte es un narcotraficante, terrorista criminal que oculta sus fechorías con mentiras bien planificadas.
Nacido en 1939, Negroponte fue un diplomático para el Servicio Extranjero de los Estados Unidos (1960-1997), embajador de EEUU ante la ONU (2001-2004), embajador de EEUU en Irak (2004-2005) y ahora es el director de la Inteligencia Nacional de los Estados Unidos.1 De 1981 hasta 1985, Negroponte fue embajador de EEUU en Honduras. Entre sus “proezas” en el ámbito de los derechos humanos se destacan:
1) De 1971 a 1973, Negroponte fue el oficial a cargo del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) para la sección encargada de Vietnam y recibió directas órdenes de otro criminal de guerra, Henry Kissinger.
Negroponte trabajaba en la embajada estadounidense en la exVietnam del Sur. Como bien sabemos, durante esos años el gobierno estadounidense libraba su guerra neo-colonizadora contra el pueblo de Vietnam. El CSN trabaja de mano en mano con la CIA y con la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. El trabajo de estas organizaciones de “inteligencia” está completamente vinculado uno con el otro. “Curiosamente” cuando Negroponte entra al mando del CSN para la sección Vietnam en 1971, la Operación Fénix, una espantosa operación paramilitar creada y apoyada por la CIA, empeora drásticamente. Entre los objetivos de la Operación Fénix estaba el terror: desmembrar los cadáveres de supuestos simpatizantes comunistas en lo que fue Vietnam del Sur y exponerlos en lugares públicos con el fin de disuadir a la gente para que no se unan a la resistencia anti-imperialista. Llegó un momento que los paramilitares de la CIA asesinaban a 1800 civiles al mes en el sur de Vietnam.
Según los propios documentos del exgobierno pro-EE.UU. de Vietnam del Sur, más de 40.000 vietnamitas fueron asesinados por los paramilitares de la CIA nada más contando la Operación Fénix (hubo otras operaciones, ésta siendo una de ellas). La experiencia obtenida por Negroponte en el ámbito paramilitar en Vietnam lo ayudó luego para su trabajo en Centroamérica.
2) Negroponte supervisó la creación y mantenimiento de la base de 3000 hectáreas llamada El Aguacate en Honduras, donde fuerzas de la CIA entrenaron a los terroristas denominados Contras durante la década de los 80. Dichos Contras luego harían exterminios masivos de supuestos simpatizantes Sandinistas en el país vecino de Nicaragua.
Adicionalmente, los Contras también jugaron un papel importante en aterrorizar y asesinar al campesinado en la misma Honduras. Tal es el caso que los presidentes de American Watch y Helsinki Watch afirmaron: “no cabe duda con base en lo que oímos y vimos, que los Contras llevan a cabo una estrategia terrorista planificada a lo largo de la frontera de Honduras”. Entre otras afirmaciones dijeron: “los EE.UU. no pueden evitar la responsabilidad por estas atrocidades.” Dichas declaraciones fueron publicadas en el Wall Street Journal en abril de 1985.
La base de El Aguacate se transformó en un campo de concentración en Honduras durante la década de los 80 donde se practicó de manera rutinaria todo tipo de abusos y crímenes contra cualquier persona que era considerada un blanco apropriado: desde líderes estudiantiles hasta campesinos y miembros de sindicatos. En el 2001 excavaciones en la base descubrieron los cadáveres de más de 185 personas que mostraban signos de todo tipo de abusos físicos. 1, 2, 3, 8
3) Durante el mandato de Negroponte como embajador en Honduras, los derechos humanos en la región fueron violados de manera rutinaria. A pesar de que Honduras tenía un supuesto gobierno democrático, las desapariciones de simpatizantes de izquierda ocurrían constantemente.
Por ejemplo, entre los grupos paramilitares terroristas creados por la CIA y con la completa aprobación de John Dimitri Negroponte, estaba el escuadrón de la muerte denominado Batallón 3-16 también conocido como Batallón 316 (cuyos líderes fueron los famosos asesinos en serie llamados Billy Joya y el General Luis Alonso Discua Elvir), el cual secuestró, torturó y asesinó a centenares de personas dentro de Honduras.
Mientras que esto ocurría, Negroponte le mentía al congreso de EE.UU. diciéndoles que ningún derecho humano era violado en Honduras. Durante una investigación de 14 meses hecha por The Sun, se llegó a la conclusión que Negroponte sabía perfectamente bien de las atrocidades cometidas por el Batallón 316 entrenados por la CIA y no hizo absolutamente nada como para impedir sus acciones, al contrario, Negroponte tapó todo intento de sacar a la luz pública dichas atrocidades.
Por ejemplo, Rick Chidester, un joven oficial de la embajada estadounidense en Tegucigalpa le dijo al The Sun que a él le exigieron (orden dada directamente por Negroponte) que borre de su informe de derechos humanos dirigido al Congreso de EE.UU. grandes cantidades de párrafos que contenían evidencia sobre el involucramiento de Estados Unidos en los crímenes cometidos en Honduras.
Un caso de tortura cometida por los escuadrones de la muerte, le ocurrió a un abogado hondureño llamado Rene Velásquez. Él fue arrestado el 1º de Junio de 1982 frente a su oficina en Tegucigalpa y fue llevado a un centro de torturas. Dicho en sus propias palabras: “me desnudaron, me ataron las manos, me colocaron una máscara de goma...me pusieron sobre mi cuerpo una pasta para atraer a las moscas. Me golpearon todo el tiempo, en las costillas, el estómago...no podía aguantar el dolor”.
4) Una de las formas que los escuadrones de la muerte fueron financiados fue a través del narcotráfico. El Senador estadounidense Kerry demostró ante el Senado de EE.UU. que el Departamento de Estado había pagado 800 mil dólares a cuatro compañías de aviones de carga pertenecientes a grandes narcos colombianos. Los aviones transportaban armas para los grupos que Negroponte organizaba y apoyaba en Honduras. Bajo juramento, los pilotos de dichos aviones, dieron su testimonio, confirmando las declaraciones de Kerry. La propia prensa estadounidense, a través de sus investigaciones afirma que Negroponte estuvo ligado al tráfico de armas y tráfico de drogas de 1981 a 1985. A través del dinero de las drogas, la CIA y la embajada de EE.UU. obtenían armas, las cuales a su vez eran transportadas a Honduras para armar a escuadrones de la muerte. 18
¿Porqué a Negroponte convenientemente se le olvida su propio historial de crímenes y violaciones de DDHH cuando acusa de manera vitriólica a Venezuela?
5) Negroponte mintió crónicamente sobre los DDHH (derechos humanos) en Honduras durante su lapso como embajador. Entre sus muchas mentiras fue decirle al Departamento de Estado que “en Honduras hay completa libertad de expresión para los movimientos laborales y sindicales” .
Nada podría estar más lejos de la verdad, ya que durante la década de los 80’s en Honduras, cualquiera que haya estado remotamente vinculado con la izquierda era raptado, torturado y por lo general asesinado por los paramilitares de la CIA. El colmo de la hipocresía de Negroponte estuvo cuando en 1989 durante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado le preguntaron a Negroponte si sabía algo sobre los abusos cometidos por el Batallón 316; Negroponte contestó: “Yo jamás he visto ninguna evidencia de que ellos estén involucrados en actividades como parte de escuadrones de la muerte.”
Es decir, el mismo co-fundador del Batallón 316, grupo terrorista y paramilitar, niega el papel que dicho grupo jugó. Las mentiras de Negroponte eran tan amplias a todos los niveles con respecto a los DDHH en Honduras que algunos diplomáticos estadounidenses dijeron que los reportes de derechos humanos hechos en la embajada americana en Honduras parecían ser hechos más bien en Noruega.
En 1982 Negroponte le escribió a la revista The Economist diciendo: “es simplemente falso que existían escuadrones de la muerte en Honduras.” Se ha de notar que nada más en 1982, la prensa de Honduras publicó más de 318 noticias sobre casos de asesinatos y raptos hechos por el ejército hondureño y los escuadrones de la muerte. Se sabe que Negroponte fue activo en la organización y creación de muchos de estos grupos paramilitares en Honduras. El embajador estadounidense de Honduras que precedió a Negroponte, llamado Jack Binns, había afirmado que dichos escuadrones de la muerte hacían lo que querían en todo el país y pidió a Reagan (Presidente de EE.UU. en aquel entonces) que haga algo para pararlos.
La respuesta de Reagan fue reemplazarlo con Negroponte, el cual no sólo colaboró con los escuadrones de la muerte sino ayudó a fundar otros, como el Batallón 316 que fueron mucho más sanguinarios de los que ya existían. Para refrescarle la memoria al señor Negroponte sobre la existencia de escuadrones de la muerte le vamos a mencionar a alguien en particular quien se llama Florencio Caballero. Caballero fue un hondureño, miembro de la CIA y entrenado por dicha organización en EE.UU. en el área de torturas. En un reporte detallado para The New York Times Magazine hecho por Caballero años después de sus acciones en Honduras, él admite como torturó hasta la muerte a decenas de prisioneros políticos.
Otro nombre que tal vez a Negroponte le resulte familiar es el de Inés Murillo, una de las pocas sobrevivientes de los campos de concentración creados por la CIA en Honduras. Entre las torturas rutinarias que ella sufrió estaba el abuso sexual, las golpizas bestiales y fuertes shocks eléctricos. Todo este infierno ella lo tuvo que soportar durante los 80 días que permaneció prisionera de la CIA y sus adeptos en Honduras.
3) Durante el mandato de Negroponte como embajador en Honduras, los derechos humanos en la región fueron violados de manera rutinaria. A pesar de que Honduras tenía un supuesto gobierno democrático, las desapariciones de simpatizantes de izquierda ocurrían constantemente.
Por ejemplo, entre los grupos paramilitares terroristas creados por la CIA y con la completa aprobación de John Dimitri Negroponte, estaba el escuadrón de la muerte denominado Batallón 3-16 también conocido como Batallón 316 (cuyos líderes fueron los famosos asesinos en serie llamados Billy Joya y el General Luis Alonso Discua Elvir), el cual secuestró, torturó y asesinó a centenares de personas dentro de Honduras.
Mientras que esto ocurría, Negroponte le mentía al congreso de EE.UU. diciéndoles que ningún derecho humano era violado en Honduras. Durante una investigación de 14 meses hecha por The Sun, se llegó a la conclusión que Negroponte sabía perfectamente bien de las atrocidades cometidas por el Batallón 316 entrenados por la CIA y no hizo absolutamente nada como para impedir sus acciones, al contrario, Negroponte tapó todo intento de sacar a la luz pública dichas atrocidades.
Por ejemplo, Rick Chidester, un joven oficial de la embajada estadounidense en Tegucigalpa le dijo al The Sun que a él le exigieron (orden dada directamente por Negroponte) que borre de su informe de derechos humanos dirigido al Congreso de EE.UU. grandes cantidades de párrafos que contenían evidencia sobre el involucramiento de Estados Unidos en los crímenes cometidos en Honduras.
Un caso de tortura cometida por los escuadrones de la muerte, le ocurrió a un abogado hondureño llamado Rene Velásquez. Él fue arrestado el 1º de Junio de 1982 frente a su oficina en Tegucigalpa y fue llevado a un centro de torturas. Dicho en sus propias palabras: “me desnudaron, me ataron las manos, me colocaron una máscara de goma...me pusieron sobre mi cuerpo una pasta para atraer a las moscas. Me golpearon todo el tiempo, en las costillas, el estómago...no podía aguantar el dolor”.
4) Una de las formas que los escuadrones de la muerte fueron financiados fue a través del narcotráfico. El Senador estadounidense Kerry demostró ante el Senado de EE.UU. que el Departamento de Estado había pagado 800 mil dólares a cuatro compañías de aviones de carga pertenecientes a grandes narcos colombianos. Los aviones transportaban armas para los grupos que Negroponte organizaba y apoyaba en Honduras. Bajo juramento, los pilotos de dichos aviones, dieron su testimonio, confirmando las declaraciones de Kerry. La propia prensa estadounidense, a través de sus investigaciones afirma que Negroponte estuvo ligado al tráfico de armas y tráfico de drogas de 1981 a 1985. A través del dinero de las drogas, la CIA y la embajada de EE.UU. obtenían armas, las cuales a su vez eran transportadas a Honduras para armar a escuadrones de la muerte. 18
¿Porqué a Negroponte convenientemente se le olvida su propio historial de crímenes y violaciones de DDHH cuando acusa de manera vitriólica a Venezuela?
5) Negroponte mintió crónicamente sobre los DDHH (derechos humanos) en Honduras durante su lapso como embajador. Entre sus muchas mentiras fue decirle al Departamento de Estado que “en Honduras hay completa libertad de expresión para los movimientos laborales y sindicales” .
Nada podría estar más lejos de la verdad, ya que durante la década de los 80’s en Honduras, cualquiera que haya estado remotamente vinculado con la izquierda era raptado, torturado y por lo general asesinado por los paramilitares de la CIA. El colmo de la hipocresía de Negroponte estuvo cuando en 1989 durante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado le preguntaron a Negroponte si sabía algo sobre los abusos cometidos por el Batallón 316; Negroponte contestó: “Yo jamás he visto ninguna evidencia de que ellos estén involucrados en actividades como parte de escuadrones de la muerte.”
Es decir, el mismo co-fundador del Batallón 316, grupo terrorista y paramilitar, niega el papel que dicho grupo jugó. Las mentiras de Negroponte eran tan amplias a todos los niveles con respecto a los DDHH en Honduras que algunos diplomáticos estadounidenses dijeron que los reportes de derechos humanos hechos en la embajada americana en Honduras parecían ser hechos más bien en Noruega.
En 1982 Negroponte le escribió a la revista The Economist diciendo: “es simplemente falso que existían escuadrones de la muerte en Honduras.” Se ha de notar que nada más en 1982, la prensa de Honduras publicó más de 318 noticias sobre casos de asesinatos y raptos hechos por el ejército hondureño y los escuadrones de la muerte. Se sabe que Negroponte fue activo en la organización y creación de muchos de estos grupos paramilitares en Honduras. El embajador estadounidense de Honduras que precedió a Negroponte, llamado Jack Binns, había afirmado que dichos escuadrones de la muerte hacían lo que querían en todo el país y pidió a Reagan (Presidente de EE.UU. en aquel entonces) que haga algo para pararlos.
La respuesta de Reagan fue reemplazarlo con Negroponte, el cual no sólo colaboró con los escuadrones de la muerte sino ayudó a fundar otros, como el Batallón 316 que fueron mucho más sanguinarios de los que ya existían. Para refrescarle la memoria al señor Negroponte sobre la existencia de escuadrones de la muerte le vamos a mencionar a alguien en particular quien se llama Florencio Caballero. Caballero fue un hondureño, miembro de la CIA y entrenado por dicha organización en EE.UU. en el área de torturas. En un reporte detallado para The New York Times Magazine hecho por Caballero años después de sus acciones en Honduras, él admite como torturó hasta la muerte a decenas de prisioneros políticos.
Otro nombre que tal vez a Negroponte le resulte familiar es el de Inés Murillo, una de las pocas sobrevivientes de los campos de concentración creados por la CIA en Honduras. Entre las torturas rutinarias que ella sufrió estaba el abuso sexual, las golpizas bestiales y fuertes shocks eléctricos. Todo este infierno ella lo tuvo que soportar durante los 80 días que permaneció prisionera de la CIA y sus adeptos en Honduras.
6) En el verano de 1983 un cura jesuita llamado James F. Carney que ayudaba a los pobres, desapareció en Honduras. Se sabe que el reverendo hacía una labor misionera y caritativa entre los campesinos. Según los familiares de la víctima, Negroponte hizo todo lo posible para impedir que se sepa el paradero del cura. Se presume que la desaparición del cura ocurrió cuando acompañaba a un grupo de supuestos guerrilleros.
En el 2003, investigadores mandados por un fiscal local encontraron los restos de 10 personas en una parte de Honduras cercana a la frontera con Nicaragua. Muchos de los esqueletos tenían huecos de balas en los cráneos. Todavía se está tratando de investigar si uno de los cadáveres es el de Carney. Esto es un ejemplo entre miles de personas que fueron asesinadas por escuadrones de la muerte de la CIA y Negroponte hizo todo lo posible en su poder para tapar la verdad ante el mundo e impedir que no se realicen investigaciones criminalísticas. 7, 8, 9, 10
7) La Hermana Laetitia Bordes explica que en mayo de 1982, 32 mujeres desaparecieron en Honduras. Cuando ella fue a la embajada estadounidense a pedir ayuda para su investigación, Negroponte trató de sacársela de encima y le dijo que “la embajada estadounidense no se mete en los asuntos de Honduras”. Bordes afirma que eso es falso ya que Negroponte trabajaba en aquel entonces muy de cerca con el ejército hondureño y con el jefe de las fuerzas armadas de Honduras llamado General Álvarez. Es más, Negroponte, fue uno de los pioneros en introducir al ejército de Honduras técnicas sistemáticas de entrenamiento en las áreas de tortura y guerra psicológica.
Negroponte mandaba estudiantes prometedores a la Escuela de las Américas para especializarse más aún en dichos temas. Durante el mandato de Negroponte como embajador, la ayuda de EE.UU. al ejército de Honduras aumentó de 4 millones de dólares a 77.4 millones de dólares, casi todo dirigido al entrenamiento de torturadores y paramilitares. En 1994 la Comisión de Derechos Humanos de Honduras encontró a John Dimitri Negroponte culpable de ocultar desapariciones hechas por los paramilitares y el ejército hondureño y de él mismo, violar los derechos humanos.
8) En Septiembre del 2001, Bush nombró a Negroponte al puesto de embajador de EE.UU. ante la ONU. Hasta Marzo del 2003, que fue cuando ocurrió la invasión de Irak, Negroponte fue un fuerte vocero a favor de una acción militar contra dicho país.
En el 2003, investigadores mandados por un fiscal local encontraron los restos de 10 personas en una parte de Honduras cercana a la frontera con Nicaragua. Muchos de los esqueletos tenían huecos de balas en los cráneos. Todavía se está tratando de investigar si uno de los cadáveres es el de Carney. Esto es un ejemplo entre miles de personas que fueron asesinadas por escuadrones de la muerte de la CIA y Negroponte hizo todo lo posible en su poder para tapar la verdad ante el mundo e impedir que no se realicen investigaciones criminalísticas. 7, 8, 9, 10
7) La Hermana Laetitia Bordes explica que en mayo de 1982, 32 mujeres desaparecieron en Honduras. Cuando ella fue a la embajada estadounidense a pedir ayuda para su investigación, Negroponte trató de sacársela de encima y le dijo que “la embajada estadounidense no se mete en los asuntos de Honduras”. Bordes afirma que eso es falso ya que Negroponte trabajaba en aquel entonces muy de cerca con el ejército hondureño y con el jefe de las fuerzas armadas de Honduras llamado General Álvarez. Es más, Negroponte, fue uno de los pioneros en introducir al ejército de Honduras técnicas sistemáticas de entrenamiento en las áreas de tortura y guerra psicológica.
Negroponte mandaba estudiantes prometedores a la Escuela de las Américas para especializarse más aún en dichos temas. Durante el mandato de Negroponte como embajador, la ayuda de EE.UU. al ejército de Honduras aumentó de 4 millones de dólares a 77.4 millones de dólares, casi todo dirigido al entrenamiento de torturadores y paramilitares. En 1994 la Comisión de Derechos Humanos de Honduras encontró a John Dimitri Negroponte culpable de ocultar desapariciones hechas por los paramilitares y el ejército hondureño y de él mismo, violar los derechos humanos.
8) En Septiembre del 2001, Bush nombró a Negroponte al puesto de embajador de EE.UU. ante la ONU. Hasta Marzo del 2003, que fue cuando ocurrió la invasión de Irak, Negroponte fue un fuerte vocero a favor de una acción militar contra dicho país.
El embajador de EE.UU. ante la ONU, afirmó una y otra vez la mentira ya bien conocida por todos: Saddam es una amenaza ya que tiene armas de destrucción masiva. Jamás las supuestas armas de destrucción masiva aparecieron. A través de intimidaciones a otros países y abiertas amenazas, Negroponte logró conseguir varios de los objetivos diplomáticos que Bush buscaba.
Adicionalmente, Negroponte fue uno de los únicos representantes ante la ONU de groseramente boicotear y salir caminando de la sala donde se estaba dando el discurso del exembajador de Irak ante la ONU. Negroponte también encubrió y le restó importancia al asesinato de 6 civiles iraquíes por parte del extítere iraquí denominado Iyad Allawi.
Para tapar dichas acciones, Allawi y Negroponte tildaron de “insurgentes” a las víctimas de este homicidio. Testigos que presenciaron dichos asesinatos niegan la versión de Allawi y Negroponte. Bush designó a Negroponte al cargo de embajador de EE.UU. en Irak. Dicho cargo lo sostuvo de Junio del 2004 hasta Abril del 2005.
Es en este período de tiempo cuando un gran aumento de asesinatos sectarios empezaron a ocurrir en Irak, especialmente por parte de un grupo paramilitar denominado la Brigada Badr. Los Badr son un grupo terrorista pro-Estados Unidos que secuestra, tortura y asesina a cualquier opositor del gobierno títere iraquí, Suníes musulmanes que sean activistas políticos, homosexuales y críticos de las tropas invasoras.
Curiosamente, muchísimas de las técnicas de tortura que emplea la Brigada Badr a sus víctimas tienen las mismas características que las empleadas por el Batallón 316 de Honduras. En enero del 2005 EE.UU. inició lo que se denominó “la Opción Salvador”. Dicha operación fue el entrenamiento de “escuadrones iraquíes favorables a Estados Unidos”. Los integrantes de tales escuadrones fueron escogidos entre fanáticos del Badr y del Peshmerga kurdo (otro grupo con tendencias pro-estadounidenses).
Estos grupos terroristas pro-EE.UU. junto con fuerzas especiales estadounidenses básicamente son la ley en Irak hoy en día: hacen lo que quieren, cuando quieren y donde quieren. Entre sus “proezas” está el poner bombas en lugares públicos y luego hacer campañas de desinformación para culpar a la Resistencia iraquí de dichos atentados.
U.S. President George W. Bush announces nomination of John Negroponte as Ambassador to Iraq
Por ejemplo, está el caso del bombardeo de la Mezquita del Domo Dorado donde numerosos líderes religiosos y políticos (algunos amigos mismos de EE.UU.) han afirmado que grupos asalariados de las fuerzas invasoras fueron los responsables por los atentados contra dicha mezquita. El jefe de los Derechos Humanos de la Misión de Asistencia de la ONU, John Pace, denunció estas milicias y la colaboración que EE.UU. le brinda en forma de armas y dinero en el programa de Amy Goodman denominado Democracy Now.
Para tapar dichas acciones, Allawi y Negroponte tildaron de “insurgentes” a las víctimas de este homicidio. Testigos que presenciaron dichos asesinatos niegan la versión de Allawi y Negroponte. Bush designó a Negroponte al cargo de embajador de EE.UU. en Irak. Dicho cargo lo sostuvo de Junio del 2004 hasta Abril del 2005.
Es en este período de tiempo cuando un gran aumento de asesinatos sectarios empezaron a ocurrir en Irak, especialmente por parte de un grupo paramilitar denominado la Brigada Badr. Los Badr son un grupo terrorista pro-Estados Unidos que secuestra, tortura y asesina a cualquier opositor del gobierno títere iraquí, Suníes musulmanes que sean activistas políticos, homosexuales y críticos de las tropas invasoras.
Curiosamente, muchísimas de las técnicas de tortura que emplea la Brigada Badr a sus víctimas tienen las mismas características que las empleadas por el Batallón 316 de Honduras. En enero del 2005 EE.UU. inició lo que se denominó “la Opción Salvador”. Dicha operación fue el entrenamiento de “escuadrones iraquíes favorables a Estados Unidos”. Los integrantes de tales escuadrones fueron escogidos entre fanáticos del Badr y del Peshmerga kurdo (otro grupo con tendencias pro-estadounidenses).
Estos grupos terroristas pro-EE.UU. junto con fuerzas especiales estadounidenses básicamente son la ley en Irak hoy en día: hacen lo que quieren, cuando quieren y donde quieren. Entre sus “proezas” está el poner bombas en lugares públicos y luego hacer campañas de desinformación para culpar a la Resistencia iraquí de dichos atentados.
U.S. President George W. Bush announces nomination of John Negroponte as Ambassador to Iraq
Por ejemplo, está el caso del bombardeo de la Mezquita del Domo Dorado donde numerosos líderes religiosos y políticos (algunos amigos mismos de EE.UU.) han afirmado que grupos asalariados de las fuerzas invasoras fueron los responsables por los atentados contra dicha mezquita. El jefe de los Derechos Humanos de la Misión de Asistencia de la ONU, John Pace, denunció estas milicias y la colaboración que EE.UU. le brinda en forma de armas y dinero en el programa de Amy Goodman denominado Democracy Now.
Cuando Goodman le pregunta a Pace si existen escuadrones de la muerte hoy en Irak, Pace contesta: “Sí los hay. Mis observaciones me llevan a concluir que vi muchas masacres perpetradas por estos grupos que operan de manera parecida a los que anteriormente existieron en países como el Salvador.” El Salvador, al igual que Honduras, fue otro país donde la CIA instaló centenares de centros de persecución política durante la década de los 80.
Desde Abril del 2005, Negroponte el jefe de la Inteligencia Nacional de EE.UU. Este individuo es uno de los más fuertes críticos de derechos humanos en Venezuela. En Febrero del 2006, Negroponte afirmó que Venezuela estaba comprometida en acciones para desestabilizar gobiernos en Latinoamérica, mediante infiltración de grupos terroristas. El diplomático estadounidense también afirmó que en Venezuela se violaban los DDHH y que el gobierno de Venezuela tenía una mano demasiado suave con el narcotráfico.
Ahora bien, después de haber leído sobre las proezas de Negroponte en el área de los derechos humanos y de la injerencia en otros países a través de la creación de grupos terroristas, uno nada más se puede preguntar a qué nuevo nivel llegará la hipocresía de este individuo fascista cuando haga su próxima declaración.
A Negroponte convenientemente se le olvida su propio historial cada vez que hace exclamaciones pueriles e hipócritas contra Venezuela. No debemos olvidar nunca: Negroponte es un criminal de carrera, cuyo cinismo y mente asesina no descansará hasta ver a Venezuela nuevamente como un peón de los intereses estadounidenses.
Ahora bien, después de haber leído sobre las proezas de Negroponte en el área de los derechos humanos y de la injerencia en otros países a través de la creación de grupos terroristas, uno nada más se puede preguntar a qué nuevo nivel llegará la hipocresía de este individuo fascista cuando haga su próxima declaración.
A Negroponte convenientemente se le olvida su propio historial cada vez que hace exclamaciones pueriles e hipócritas contra Venezuela. No debemos olvidar nunca: Negroponte es un criminal de carrera, cuyo cinismo y mente asesina no descansará hasta ver a Venezuela nuevamente como un peón de los intereses estadounidenses.
Lo peor de todo es que ahora este criminal de guerra tiene a su disposición toda la maquinaria de inteligencia de EE.UU. y todo el apoyo del Departamento de Estado lo cual lo hace mucho más peligroso para la soberanía de cualquir país, mientras la comisión de Derechos Humanos de la ONU que tiene todas la evidencias para procesarlo por crimenes de Lesa Humanidad, siempre se hecho la desentendida ya que la misma responde exclusivamente a los intereses del imperio con el funcionario de la burguesía argentina Cantón que es su represntante más emblematico entre otros.
Llegó la hora de despertar para Venezuela y entender que las amenazas lanzadas por Estados Unidos son más serias hoy que nunca antes. Educación y misiones sociales solas no nos van a garantizar nuestra soberanía. Una fuerte inversión se debe hacer en nuestra inteligencia nacional y en nuestras fuerzas armadas si se espera poder contrarestar las injerencias que Negroponte hoy está maquinando contra nuestro país.
Llegó la hora de despertar para Venezuela y entender que las amenazas lanzadas por Estados Unidos son más serias hoy que nunca antes. Educación y misiones sociales solas no nos van a garantizar nuestra soberanía. Una fuerte inversión se debe hacer en nuestra inteligencia nacional y en nuestras fuerzas armadas si se espera poder contrarestar las injerencias que Negroponte hoy está maquinando contra nuestro país.