miércoles, agosto 08, 2007

Analistas consideran como austera mediada
Un vestido ¿premio a quienes presten el servicio militar?
Aunque la norma ya fue sancionada por Presidencia, algunos bachilleres próximos a terminar su “obligación con la patria” se sienten más afectados que beneficiados con la medida
El Nuevo Siglo
Tras la aprobación del decreto 2857 de 2007, por parte del Ministerio de Defensa, quedó estipulado que a las personas que terminen de prestar su servicio militar obligatorio se les debe hacer entrega de un vestido civil, que sea acorde con las condiciones de su lugar de origen.
“Todo colombiano que se encuentre prestando el servicio militar obligatorio en los términos que establece la Ley, tiene derecho a que en el momento del licenciamiento se le entregue una dotación de vestido civil, cuyo valor no sea superior a un salario mínimo legal mensual vigente, teniendo en cuenta las necesidades del soldado y el lugar de residencia”, señala el primer literal del mencionado decreto.
Con la aprobación de esta medida, se modificó el artículo 44 del decreto 2048 de 1993, en el cual se indicaba que toda persona que terminara de prestar su servicio militar se le debía entregar una suma de dinero, cuyo monto no debía ser mayor a un sueldo mínimo.
En este sentido, los jóvenes que cumplieran con su “obligación con la patria” tenían la opción de decidir, por lo menos, qué tipo de prenda de vestir adquirir, de acuerdo a sus gustos y necesidades.
En algunos almacenes de la capital del país, un vestido formal y con un diseño elegante tiene un costo que oscila entre 90 mil y 250 mil pesos, lo cual está en un promedio de 200 mil pesos por debajo de un salario mínimo.
En dado caso de que a alguno de los jóvenes que terminan de prestar su servicio militar se les aprobara la totalidad de un sueldo mínimo para la compra de su vestido, tendría que tener las mimas condiciones de un traje como los que utilizan la mayoría de Congresistas o altos funcionarios del Gobierno.
Aunque el documento señala que para la entrega del vestido se deben tener en cuenta las necesidades de cada persona y el lugar de su residencia, algunos jóvenes próximos a finalizar su servicio militar manifestaron que la medida “sólo demuestra la poca importancia que nos dan a los bachilleres que en lugar de estar estudiando, nos traen a aprender de la milicia”.
Así mismo, algunos analistas consultados por este diario, coincidieron en señalar que la norma pone en evidencia un sentimiento de austeridad que afecta, en gran medida, la imagen del Estado.
Puntos encontrados
Iván Amalla, presidente de la Asociación Colombiana de Productores Textiles (Acoltex), afirmó que aún no conoce cuáles serán las medidas que adoptará el Ministerio de Defensa para abrir las licitaciones que permitan contratar a quienes vayan a ser los proveedores de los de las telas necesarias para la confección de los vestidos.
“Nosotros somos fabricantes de tejidos y hemos sido proveedores de las telas que necesita el Ejército desde hace varios años. Además, siempre hemos participado en esas licitaciones y, en el momento, esperamos ganarla. Todo depende de la licitación”, anotó Amalla.
Frente a la posibilidad de que la contratación se otorgada a una empresa proveniente del exterior, el Presidente de Acoltex precisó que “nos quitaría un mercado importante, que venimos atendiendo desde tiempo atrás. Sin embargo, ya hemos participado en licitaciones con empresas extranjeras y las hemos ganado”.
Por su parte, una fuente del Ministerio de Defensa -que pidió la reserva de su nombre- explicó que “las licitaciones serán abiertas a todo aquel que quiera participar en ellas, Pero aún no se ha determinado cuáles son las condiciones que se van a manejar para la misma”.
Anotó que “aunque algunos sectores de la opinión pública nos han criticado por el decreto, estamos convencidos que de esta manera se beneficia en mayor medida a quienes terminan la prestación de su servicio. Un vestido les puede ser más útil que el mismo dinero en efectivo”. La fuente precisó que “el control lo ejerceremos directamente desde el Ministerio, a fin de evitar cualquier tipo de anomalía, tanto en el proceso de licitación como al momento de la fabricación de los vestidos”.
El coronel Marcelo Vargas, director de reclutamiento del Ejército, afirmó que la medida no es competencia de su dependencia sino directamente del Ministerio de defensa.
“Primero, nosotros no lo manejamos, eso sólo lo maneja el Ministerio de Defensa. Y aunque un vestido no vale 400 mil pesos, eso no lo manejo yo. Nosotros no tenemos injerencia en ese sentido y sólo entregamos buenos ciudadanos a la Fuerza, es la misión de reclutamiento”, anotó el coronel Vargas.
A su turno, el coronel Rafael Acosta, director de reclutamiento de la Fuerza Aérea, explicó que “tenemos contingentes de mil 400 personas, e ingresamos dos continentes al año dependiendo de la variación de la Fuerza. Ellos prestan el servicio militar por 18 meses, como regulares, en las bases de la Fuerza Aérea de acuerdo a las cuotas de incorporación”.
Agregó que “ahora se debe mantener lo que está establecido, ya que el decreto es una ayuda que el Estado le presta a estos jóvenes. Diría que las entidades están para cumplir la Ley y los decretos, e invertir los recursos como la misma ley del presupuesto estableció. Sin embargo, nosotros no estamos muy ligados a los licenciamientos”.


 
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