Ex jefe 'para' orenderá ventilador en la Fiscalía
Otros firmantes de Pacto de Ralito siguen libres: ‘HH’
Dice que Vicente Castaño continúa vivo y denuncia que los militares ayudaron a las autodefensas a entrar a Urabá
El Nuevo Siglo
Varios de los firmantes del llamado Acuerdo de Ralito, suscrito en junio de 2001 entre la cúpula paramilitar y dirigentes políticos, se encuentran aún en libertad. Así lo advirtió ayer el encarcelado ex jefe de las autodefensas Hebert Veloza, alias ‘HH’.
En diálogo con la emisora La W, ‘HH’ aseguró que muchos de los políticos que asistieron con él a la cumbre de Ralito están aún en libertad.
Por la firma de ese pacto están hoy tras las rejas más de una veintena de congresistas, ex congresistas, ex funcionarios y ex concejales, entre otros.
“Muchos aún están libres, y no he visto a ninguno que vaya a la cárcel por colaborarnos. Pero los nombres los diré en la declaración que haga ante la Fiscalía”, sostuvo ‘HH’.
Aseguró que varios de los firmantes del documento con las autodefensas para “refundar la Patria” fueron a Ralito a escondidas de sus partidos políticos. “Muchos de los que firmaron en Ralito lo hicieron por su cuenta. A escondidas de sus partidos”, reiteró.
La muerte de Castaño
El ex jefe paramilitar aseguró, además, que no es verdad que el prófugo jefe de las autodefensas Vicente Castaño, alias ‘el Profe’, esté muerto.
‘HH’ indicó que recibió una carta de Castaño una semana antes de que fuera capturado, el 3 de abril.
“A finales de marzo me llegó la carta en la que decía que estaba en acercamientos y estaba tratando de hacer una reunión con el Alto Comisionado de paz, que no se había podido concretar porque él (Castaño) exigía que estuvieran la OEA, la Iglesia y los medios de comunicación (pero) el Gobierno le decía que fuera en privado”, explicó el jefe paramilitar, considerado por las autoridades la mano derecha de Castaño.
“Creo que está vivo”, dijo ‘HH’, al considerar que no es cierta una información revelada ayer por una revista, según la cual Castaño fue asesinado por sus camaradas mientras huía de las autoridades, tras apartarse de las negociaciones de paz con el gobierno Uribe.
La revista señala que uno de los reportes fue elaborado por el DAS para rebatir afirmaciones del ex vicepresidente de Venezuela, José Vicente Rangel, quien en agosto pasado afirmó que Castaño murió en territorio venezolano, cerca de la frontera con Colombia.
En ese informe, remitido a la Fiscalía por el DAS, el organismo señala que el cuerpo de Castaño fue arrojado al río Cauca, luego de ser asesinado en medio de disputas intestinas con otros jefes paras.
El otro documento al que hace referencia la publicación asegura que Castaño habría fallecido “el 17 de marzo de 2007 en una finca ubicada entre los municipios de Nechí, Antioquia, y Ayapel” en Córdoba, según un testigo al que el DAS le concede “alta credibilidad”.
En torno a la muerte de Carlos Castaño, hermano de Vicente, ‘HH’ reiteró que ‘el Profe’ dio la orden de asesinarlo, pero nunca se planeó en una gran reunión de comandantes, como se ha especulado.
“Los hechos que rodearon esta muerte no fue una gran reunión en donde los altos mandos acordaron matar a Carlos, eso es falso”, rectificó el ex jefe paramilitar.
Justicia y Paz
De otro lado, alias ‘HH’ aseguró que el Gobierno solicitó su exclusión del proceso de desmovilización paramilitar porque se negó a recluirse en la cárcel La Ceja, cuando se dio la orden de llevar allí a todos los comandantes de las autodefensas que tienen cuentas pendientes con la justicia.
“Yo sí quisiera saber dónde está escrito que un colombiano que no tenga orden de captura deba estar en una cárcel.
La ley dice que después de que nosotros rindiéramos testimonio, seríamos presentados ante un magistrado que determinaría nuestro sitio de reclusión”, dijo ‘HH’, recapturado semanas atrás y quien ahora espera, en la penitenciaría de Cómbita en Boyacá, la posible petición de extradición por parte de Estados Unidos.
Al referirse a los bloques Calima y Bananeros, que él comandaba en Urabá (Antioquia), el ex paramilitar aseguró que altos mandos del Estado fueron sus aliados y que sin su ayuda nunca se hubiera podido entrar a esa zona.
“Sin las fuerzas del Estado era imposible llegar a Urabá, y hay mucha gente que está en servicio y que nos colaboró; eso hay que contarlo porque si nosotros no contamos, eso va a seguir pasando”, advirtió.