Víctimas se unen para hacer valer sus derechos
Con éxito se realizó en Bogotá el primer encuentro de víctimas pertenecientes a organizaciones sociales
Por Camilo Raigozo. VOZ
Mesa directiva de la apertura del encuentro de víctimas. De izquierda a derecha: Pedro Santana, Marleny Orjuela, Iván Cepeda, Lid Bidigio y último a la derecha Bruno Moro de la ONU. Foto C. Raigozo
Durante los pasados días 26, 27 y 28 de julio, se realizó con éxito el encuentro de víctimas pertenecientes a organizaciones sociales, en las instalaciones de la Plaza de los Artesanos de la ciudad de Bogotá. 2340 delegados de 300 organizaciones sociales entre los que se encontraban representados sectores como la población desplazada, sindicatos, indígenas, mujeres, partidos políticos, periodistas, campesinos, jóvenes, afro descendientes, LGBT, víctimas de crímenes de Estado, familiares de secuestrados y desaparecidos.
“Hemos hecho visibles ante el país los derechos de las víctimas pertenecientes a organizaciones sociales, valoramos los impactos sufridos en los diferentes procesos de victimización padecidos por ellas y logramos acordar una agenda común para la movilización social y política alrededor de la búsqueda de la verdad, la justicia, la reparación colectiva y la no repetición”, dijeron en su comunicado final las organizaciones.
Vista parcial de los asistentes al encuentro
Otro de los objetivos del evento fue manifestar el respaldo y la solidaridad de las organizaciones participantes a la Corte Constitucional, por su fallo del 18 de mayo del 2006, como también a la Honorable Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, por la sentencia de segunda instancia que rechazó la pretensión del gobierno de invadir el fuero y la independencia de la rama jurisdiccional. “Las organizaciones y personas participantes en este encuentro respaldamos a estos dos organismos que de forma oportuna sacaron la cara por las victimas y se colocaron en la ruta de construcción de la verdad la justicia y la reparación con no repetición”, manifestó Pedro Santana, uno de los organizadores del encuentro.
En el evento se escuchó el clamor de pueblos indígenas, comunidades afro descendientes, sindicatos, organizaciones, movimientos estudiantiles, sobrevivientes del genocidio contra la Unión Patriótica y el Partido Comunista Colombiano y otros movimientos de oposición, de masacres como las ocurridas en El Salado, San Onofre, Curvaradó, Mapiripan, San José de Apartadó, Antioquia, Magdalena Medio, Catatumbo y el Putumayo entre otras.
Blanca Nieves Meneses, tuvo que caminar muchas horas para llegar a La Dorada (Putumayo), desde donde viajó hasta Bogotá con la esperanza de que alguien le de razón sobre la suerte de sus cuatro hijas desaparecidas por paramilitares. Los documentos de identidad de sus niñas la acompañan siempre a donde quiera que va pues no ha perdido la fe de encontrarlas. “Que el Presidente se presente acá y nos ayude a recuperar los cadáveres”, le dijo a VOZ mientras dos lagrimones empezaban a rodar por sus mejillas curtidas por el sol. Foto C. Raigozo.
Investigaciones realizadas por organizaciones defensoras de los derechos humanos, demuestran que entre 1965 y 2006, más de cuatro millones de personas fueron desplazadas internamente o buscaron refugio político en otros países, se cometieron mas de 65 mil ejecuciones extrajudiciales, de las cuales mas de 5 mil corresponden al genocidio de la UP y el PCC y 2.515 sindicalistas; 10 mil personas han sido detenidas y desaparecidas y hoy sus cuerpos se encuentran sepultadas en fosas comunes. Más de seis millones de hectáreas de tierras fueron arrebatadas violentamente a comunidades campesinas y hoy se encuentran en manos de narcoparamilitares.
“Estamos convencidos de que la victimización de millones de colombianos no puede explicarse solamente por la existencia del conflicto armado interno. Otras dinámicas de orden social, económico, como los megaproyectos, y político, también han victimizado a grandes grupos sociales. Conflictos por la tierra, intereses políticos regionales, laborales, violencia sexual, entre otros, son tratados por el Estado de manera violenta y arbitraria”, dice el documento final en uno de sus apartes.
David Rojas fue desplazado de Barrancabermeja por los paramilitares, comandados por el cabecilla “Julián Bolívar” en el año 2001. Huyó a Bucaramanga (Santander), pero allí también lo fueron a buscar los criminales y logró esconderse en Bogotá. Los ‘paras’ le quitaron su casa y dejaron a su esposa y a sus seis hijos en la calle. Cuando Rojas se acercó a Barranca a auxiliar a su familia, los asesinos lo estaban acechando y le pegaron tres tiros. Uno de los cuales perforó su médula espinal y lo dejo parapléjico. “No tengo vivienda, ni esposa, ni hijos. Todo lo perdí, todo me lo arrebataron las Auc”, le contó a VOZ y agregó que, “Tengo la esperanza de que el Estado pague por sus crímenes, porque el paramilitarismo es una política del Estado”. Foto C. Raigozo
Se conoció también, que se realizará un gran acto masivo de solidaridad con las victimas y de rechazo al paramilitarismo que el Movimiento Nacional de Victimas de Crímenes de Estado ha convocado para una fecha aún no determinada, pero que se desarrollara en los próximos días en toda Colombia. Este acto masivo, buscará que las victimas de todo el país, de la ciudad, el campo, de las comunidades indígenas, se pronuncien frente a la política de impunidad y de invisivilización que se promueve desde el gobierno nacional y extiendan su brazo de apoyo a las demás victimas de Colombia.